De las madres ancianas...

 

 

Yo tengo una de esas, la mía tiene 88 años. No empecéis a hacer cuentas, que yo soy de esos hijos que vienen cuando no se espera, muchos, muchos años después de que nacieran mis hermanos, de hecho mi madre siempre me cuenta como anécdota, que pensó que yo era la menopausia y que cuando la dijeron que estaba embarazada, se sintió terriblemente avergonzada de que los demás pensaran que practicaba el sexo a una edad tan avanzada, cosas de aquellos tiempos.

 

Pero no era de esto de lo que quería hablar, mi madre ha sido siempre hipercrítica conmigo, pues los problemas generacionales, conmigo eran mucho mayores, mis hermanos varones llegaban a casa a las once, que era lo que se estilaba en las casas de bien, hasta que se casaron, y yo, desde los diecisiete, pues eso... no es que fuera rebelde, yo era la resistencia pasiva de Ghandi. Así sobreviví en mi adolescencia.

 

Hace poco mi madre decidió hacerme una confesión, me dijo que me había puesto muy guapa, porque de joven era fea, pero no fea fea.... Me quede como una liebre deslumbrada ante los focos de un coche.

 

Pero eso no es lo peor, no, aunque no lo crean puede haber algo peor. Mi madre lee todas las revistas del cotilleo semanales, pero no es partidaria de los libros, vaya usted a saber porqué, la cosa es que la cuento muy emocionada, que tengo unos libros en Internet y que uno de ellos se esta vendiendo muy bien, me mira raro, como si en vez de decir que estoy escribiendo libros, le hubiera dicho que he decidido hacerme de hare krisna, no obstante, como nos llevamos muy bien, me dice, pues dejame que lo lea.

 

Tengo una copia impresa y encuadernada, pues si la dejo el libro electrónico, entonces me retira la palabra para toda la vida.

 

Estoy casi emocionada, nerviosa y ansiosa por saber que puede parecerle a ella, porque es mi madre, porque la quiero, porque me quiere, y porque todos los hijos esperamos la aprobación de nuestros mayores...

 

- ¿Que te ha parecido el libro?.- la preguntó nerviosa.

 

- Muy bien, pero eso no lo has escrito tú.

 

Pasmada, paralizada, patidifusa me quedo.

 

- Claro mama que lo he escrito yo....- trató de convencerla.

 

Me mira con gesto serio y con toda la convicción que posee me explica:

 

- El libro esta muy bien para que lo hayas escrito tu, además de donde vas a sacar tú tantas historias?

 

Estoy ahorrando para el sicólogo...

 

 

 

(Postdata, después de eso creéis que puede afectarme lo que pueda decir cualquiera, ya estoy hecha de madera)