Dice la prensa del día, que hay 518 desahucios diarios en España por impago de la hipoteca.
Hemos visto imágenes por televisión, y las vemos con cierta indiferencia, como los muertos de Afganistan, o de Siria, porque tenemos el corazón ausente de nuestro cuerpo, o porque la impotencia ante tanta perversión social y política, nos ha venido construyendo una coraza de tortuga, pero hay que reflexionar, porque al paso que van los desahucios pronto nos tocará que nos quiten el caparazón y nos obligaran a vivir a corazón descubierto.
Es cierto que los bancos dieron hipotecas a diestro y siniestro, siguiendo el ejemplo de la laureada economía bancaria estadounidense, pero descubierto el error, habrá que buscar una solución.
La mayoría de los desalojos que se ven, son de gente humilde, normal, gente que podía y ahora no puede, pero el banco, la casa que se apropia queda vacía, mientras el desalojado sigue debiendo capital e intereses de por vida. ¿Tan difícil es sacar una ley de moratoria, que obligue a los bancos a esperar un par de años antes de ejecutar un desahucio?
Cuando veo a los del 15 M tratando de evitar estos desalojos, aun cuando tengan rastas, crestas o rapados de colores, vistan consignas que no me identifican, no puedo por menos de admirarlos. Al menos hacen algo.
¿Porque no supeditamos la ayuda a los bancos a que estos concedan una moratoria de al menos dos años? Si total, en este momento no los pueden vender, y es posible, que dando una oportunidad, muchos de esos 518 encuentre una salida y pueda conservar su casa, pagando al banco que es lo que este quiere a toda costa, dinero, dinero, dinero.
Si hubiera un banco que ofreciera una moratoria a los desahucios, prometo que mis pocos o muchos ahorros, que mis pocos o muchos ingresos, irían a parar a sus manos.
Me gustaría pensar que todos haríamos lo mismo, y los bancos sin corazón que se hundan en el infierno...
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