Los que siguen este blog, saben que hace unos días mantuve una conversación con El Maligno en persona, y que no parecía muy convencido de negociar conmigo, así que me he decidido a demostrarle que tengo tantos pecados como el que más.
He decidido hablar de la lujuria en primer lugar, ya se sabe que en esto de la lujuria, se peca lo mismo de pensamiento que de obra.
La lujuria es ese no se que, que nos entra por el cuerpo y nos recorre las terminaciones nerviosas, nos dispara los sentidos y no lleva a oler, oír, ver, desear tocar lo que vemos y probar lo que olemos, todo a la vez en un acto reflejo.
La lujuria nos lleva a fantasear con faldas al aire y botones arrancados...
Soy culpable de lujuria.
He decidido hablar de la lujuria en primer lugar, ya se sabe que en esto de la lujuria, se peca lo mismo de pensamiento que de obra.
La lujuria es ese no se que, que nos entra por el cuerpo y nos recorre las terminaciones nerviosas, nos dispara los sentidos y no lleva a oler, oír, ver, desear tocar lo que vemos y probar lo que olemos, todo a la vez en un acto reflejo.
La lujuria nos lleva a fantasear con faldas al aire y botones arrancados...
Soy culpable de lujuria.
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