La ira es la forma en que vestimos nuestras frustraciones y complejos. Es el vestido, la rabia es el forro.
Personalmente no soy muy adicta a este pecado en concreto, porque incluso en mis épocas mas bipolares, nunca me enfado de un modo airado, utilizo como la candelaria de la canción, los puñales que escondo en mi jardín de palabras.
Este es un pecado muy feo. No se si será aquí donde le fallo al Maligno.
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