lunes, 25 de junio de 2012

La sangre en mis venas, mi mejor nóvela.


Os dejo el principio del capítulo 2 de la Sangre en mis venas.

Mientras Rednouse, se esta leyendo y vendiendo, nadie quiere intentarlo con este libro,

Se que la promoción consite en todo lo contrario, se vende bien, es el numero guan, u el tuentitu, pero ese es redhouse, este pobre, ha nacido bajito y con gafas, al parecer, aqui os dejo un poquito, para que le cojais cariño.

"
Capítulo 2

Cuando Peter vio el arma apuntándole, pensó que aquella seria la forma más estúpida de morir.

 No era la primera vez que alguien le apuntaba con un arma, pero no por eso era una sensación agradable. Tampoco podía olvidar que era la hermana de James Mortimer, el hombre que hacía un año había raptado a Rose, la mujer de su primo, poniendo en movimiento no sólo a la familia sino a los mejores agentes de la corona para encontrarla, lo que afortunadamente ocurrió antes de que sufriera ningún daño, aunque no podía decirse lo mismo de la familia de Lord Mortimer, a los que James Mortimer había mandado asesinar. Si no hubiera sido Ewan quien le envió a proteger a su padre, sin duda pensaría que la señorita Mortimer le había llevado allí para su particular venganza, pero claro ella no podía saber que había sido él quien disparara a su hermano causándole la muerte. Su nombre y el de las demás personas que participaron en aquel asunto se habían mantenido en secreto.

Para Meredith en cambio fue como una revelación. Había escuchado la voz de Peter mientras hablaba con Mcanein, una voz elegante y modulada, algo ronca y oscura, pero cuando su amigo se retiró de la puerta y lo vio, sintió como una brisa de aire cálido subiendo por su estomago hasta su pecho, el miedo que de manera permanente la hacía permanecer alerta, se había desvanecido dejándola en un estado de dulce aturdimiento. Fue por eso que seguía apuntándole con la pistola cuando debería haberla guardado.

.  Ewan piensa que podrían necesitar ayuda.- miro directamente a Meredith y de manera coqueta le ofreció su mejor sonrisa.- Me alegra saber que no soy tan necesario como podría parecer.

Su sonrisa ilumino el aire que Meredith respiraba, llevándose parte de esa luz a los pulmones, fue entonces cuando bajo las manos con las que sostenía el arma y la guardo en un bolsillo escondido tras un pliegue de la falda.

. Voy a preparar el té.- les dijo Meredith, huyendo de la intensidad que le provocaba el recién llegado. Se fue a la cocina recriminándose su falta de control, tenía veinticuatro años y cuatro meses, era una solterona en toda regla, ¿Por qué la presencia de ese hombre, un absoluto extraño, le provocaba deseos de gustar?. Mientras preparaba el té, se sintió descorazonada al imaginar la impresión tan pobre que debería haber causado. Vestía de negro, el vestido de talle alto era demasiado grueso por los que los pliegues se desplomaban hacia el suelo sin gracia, las tres enaguas que llevaba para combatir el frio la daban una forma cilíndrica a su figura, se sintió terriblemente mortificada por la imagen que conjuraba de sí misma.

Mientras ponía la tetera sobre el fogón, se repitió mentalmente que era demasiado insípida para llamar la atención de un hombre como él, cuando finalmente regresó al salón con la bandeja de té, había eliminado la calidez y la esperanza."

No hay comentarios: