jueves, 10 de noviembre de 2011

Ann Germain

Empezare diciendo que en la vida como en la muerte, siempre ha habido clases. Las entradas tenían tres precios distintos, 120, 75 y 35 euros. Esto lo digo porque el patio de butacas estaba iluminado hasta la fila de 75 euros. Los que pagamos 35 euros estábamos enterrados en la oscuridad de los fondos, apenas empezó el show, entendimos que Ann Germain no iba a poder ver a nuestros muertos.

Habló con varias personas, de los que estaban en la luz, de 120 y 75, algunas veces parecía decir cosas demasiado concretas para estar inventándoselo, o incluso para ser un tic de tramposo, a mi me sorprendió especialmente que a una señora le dijo que conservaba la cartera de su marido, lo que puede ser normal, pero que dentro tenía un billete, que la mujer confirmo era de 10 euros. En algún momento dado, todos antes de morirse tienen cartera, pero que los allegados se la dejemos con dinero…, claro que eran de 120 euros, a lo mejor sí.

Otras, era pura barbaridad, veo un niño que salta por las butacas…, bueno en realidad es un adolescente pero muy juguetón… ah, no una mujer mayor… todo ello dependiendo de la cara del iluminado, con algunos, ni cambiando de muerto, acertó.

Estaba ella sola en el escenario, hablando con sus espíritus, y debían tener mucho lio, porque se volvía para los lados susurrando en ingles. Si no hubiera estado tan lejos, me habría dado mucho miedo.

En un punto, mi mente empezó a divagar como me ocurre cada vez que me aburro, el presentador del Show, era Eduardo Aldan, de repente me acorde del trasbordador de ángulos y se me olvidaron los muertos durante un rato.

Me reí bajito, el ambiente era bastante solemne, pero entonces sacaron a un señor muy serio, estaba en las butacas de a 120. Empezó a decirle que una niña quería hablar con él, el negaba, ella insistía. El negaba. (Mi mente aburrida, empezó a trajinar historia de asesinos, cuyas víctimas se aparecen en el show, y claro, hay que negar la evidencia, que va a decir el hombre, sí la conozco, yo la mate.)  Siguieron apareciendo muertos que querían hablar con este señor, él no conocía a ninguno, al final Ann le dijo que en realidad el muerto al que podría reconocer estaba apagado  o fuera de cobertura, es decir, que era tímido y no quería hablar delante de tanta gente.  

Estos espíritus que nadie reconocía, Ann amablemente nos los cedió a los de a 35.  Por si alguno de los mensajes nos decían algo.

 Así nos tuvimos que repartir principalmente a los niños,  y a otros, entre ellos un espiritu que queria felicitar a alguien que cumplia años en Diciembre.

Cuando el espectáculo estaba a punto de terminar, los de a 35 empezamos a levantar la mano pidiendo un muerto. Ann tuvo dificultades para elegir a alguien porque estábamos sumidos en la oscuridad, así que saco a una mujer al azar del fondo norte, a la que su espiritu le habia dicho que se habia teñido el pelo. Lo tenia rojo y rosa. Muy natural no era. 

Falló Ann Germain y el espectáculo era malo.

La persona que me acompañaba llego a la conclusión de que Ann Germain, creé que habla con los muertos, y que debería mirárselo.

2 comentarios:

Isa dijo...

Lo fuerte es que se pagara ese dinero por ver tan lamentable show.

Aire de Alan dijo...

A mi me hubiera gustado ir. Creo que a pesar de todo, debió ser interesante.