martes, 31 de julio de 2012

Cuando el olvido es una enfermedad (Maldito Azheimer)

A veces nos dolemos con el dolor de aquellos a quienes amamos. A ratos nos duele más nuestra impotencia que su pena.

Una madre nos trae al mundo y nos enseña la vida además de dárnosla. Nos aconseja, nos limita, nos habla, se ríe de nosotros o con nosotros, nos recuerda, otras madres, olvidan que fueron madres, que los pies sirven para caminar, y la luz inteligente de sus ojos se vuelve opaca, como su alma.


La madre de la que hablo, murió por dentro hace algunos años, y durante aquel duelo, solía bromear con su hija, porque la risa ha sido siempre mi espada y mi escudo. Una madre convertida en niña, a veces traviesa, siempre cariñosa, una niña blanca por dentro. Capaz de salirse con la suya, a pesar de los cuidados de la hija, esperando siempre el descuido para liar alguna trastada.

Recuerdo una vez, que la niña blanca, tenia calor y se quito la chaqueta de lana, pero hacia fresco, la hija se la ponia y ella se la quitaba, al final, ambas se rindieron, la hija la pusó sobre sus hombros, y la madre se resigno, hasta que pasó un coche de bebe, y como al descuido la metio dentro.


Fue así como la hija se convirtió en madre, y aunque no pudo enseñarle nada de la vida, porque lo olvidaba, la cuidaba como a un tesoro, la arrullaba, la cantaba, jugaba con ella, convirtiéndose en otra niña blanca.

Hace poco volvió a morirse la madre, esta vez, en una ausencia definitiva, total.

Ahora el duelo no lo acompañó con risas, pues ha muerto la madre y la niña blanca, dos perdidas en un mismo alma, Y el dolor no se alivia con sonrisas, ni siquiera con abrazos.

Descanse en paz, la mujer que fue, y la niña en la que se convirtió. Tenga paz, la hija que supo colocar sonrisas en unos labios que a ratos olvidaba sonreir.

1 comentario:

Vivir, a sorbos, beso a beso hasta morir de felicidad dijo...

Un artículo muy sentido y real, Lury, verdaderamente es tal y como lo has explicado, se queda uno sin palabras para expresar lo que sentimos los que lo hemos vivido, sin embargo tu lo hiciste dando en el clavo con lo que sentimos los que lo vivimos. Muchas gracias por expresar lo que yo no fui capaz de expresar con mi madre.Un beso.